El molino de Casablanca
El conjunto de esclusas y molino de Casablanca, también conocido como Puerto de Casablanca o Molino de San Carlos, se encuentra en el paso del canal Imperial de Aragón por Zaragoza. Inauguraron este complejo hidráulico en 1786 como parte de las obras del canal. Desde el siglo XVIII, formó parte integral de la vida zaragozana. Tuvo un gran significado durante la Ilustración en Aragón, los sitios de Zaragoza en la Guerra de la Independencia y la industrialización y electrificación del siglo XX. Este complejo dio nombre al actual barrio y distrito de Casablanca, gracias a sus características paredes blancas.
Hoy en día, funciona como una pequeña central hidroeléctrica y como un conjunto histórico. Un parque conocido por la Fuente de los Incrédulos se articula en torno a él. Desde el año 2000, lo protegen como Bien de Interés Cultural.

Descripción del Molino de Casablanca
El conjunto se encuentra en el kilómetro 81,5 del canal Imperial de Aragón. Las esclusas abarcan dos saltos de 3,25 metros cada uno, construidos en piedra caliza. Antiguamente, compuertas de madera cerraban las esclusas, pero hoy han desaparecido al perder su uso tras el fin de la navegación en el canal. Las cámaras tienen planta elíptica, con 9,75 y 35,10 metros en sus ejes, y tardaban ocho minutos en llenarse durante su época de funcionamiento. Estas esclusas presentan una tipología típica de la época, con estructuras de bóveda que contenían el empuje del agua contra el terreno.
En paralelo a las esclusas, la corriente se encuentra con tres compuertas de arco adinteladas que desvían la corriente para uso humano. Sobre ellas se sitúa la almenara de San Carlos. Una caseta de un piso opera las almenaras, y un módulo anexo de dos pisos servía como estancia para el guardia. Ambos bloques están enlucidos en cal, lo que les da el color blanco que originó el nombre popular de “la Casa Blanca”.
El molino anexo tiene dos pisos y es un ejemplo de la arquitectura industrial de la época. De planta rectangular, con muros de piedra sillar encalados, está rematado con aleros y cubierto por un tejado a cuatro aguas de teja árabe. Aún se conservan los cárcavos del antiguo molino, que llegó a tener seis muelas en funcionamiento.
Cerca del molino se encontraban dos bloques más de planta rectangular y similar apariencia. Uno, al oeste, servía para batanes y hoy es oficina de ACESA (Confederación Hidrográfica del Ebro). Frente a él, construyeron un dique que permitía el funcionamiento como puerto, admitiendo buques de 126×25 toesas, capaces de transportar 2700 arrobas. El otro edificio, al noreste y hoy desaparecido, era conocido como Casa de San Carlos y servía como almacén del puerto y posada para viajeros. Contaba con caballerizas cercanas para prestar estos servicios.
El complejo estaba rodeado por una zona abierta, donde se encuentra la Fuente de los Incrédulos y el actual Parque de los Incrédulos. Un puente del Camino Real cruzaba en las cercanías en su marcha hacia la ciudad. Este puente cobraba portazgo para su mantenimiento, y luego fue ampliado para el tráfico a motor, conservando la estructura original bajo el nuevo tablero de hormigón. En tiempos, también existió una pequeña capilla en la zona, bajo la advocación de la Virgen del Pilar.
Construcción
El canal Imperial de Aragón nació del sueño estratégico aragonés de conectar el mar Cantábrico con el Mediterráneo. Desde 1776, la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País y Ramón Pignatelli promovieron su construcción. El objetivo era crear una vía navegable para que los productos aragoneses alcanzaran el mar y se desarrollara la agricultura de regadío. El paso por Zaragoza resultó complejo debido a la orografía, lo que hizo inevitable la creación de varios conjuntos de esclusas y obras singulares para salvar el río Huerva.
El ingeniero neerlandés Cornelis Krayenhoff diseñó el proyecto original, luego corregido y ejecutado por el ingeniero militar Julián Sánchez Boort y su equipo, incluyendo a Fernando de Ulloa y Luis Chimioni. Las obras empezaron en 1780 y se terminaron en 1782. Aunque las aguas no llegaron a la Casa Blanca hasta 1784, y el tramo completo no se inauguró oficialmente hasta 1786.
La inauguración del complejo de la Casa Blanca celebró la conclusión de las obras del canal, atrayendo a la mayor parte de la población. Desde entonces, el conjunto se convirtió en uno de los símbolos zaragozanos, con la Fuente de los Incrédulos como testimonio del éxito del proyecto. Incluso puedes visitarlo pinchando aquí.
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